RÍE CUANDO PUEDAS, LLORA CUANDO LO NECESITES
.
30 nov 2010
Supuse que algún día te marcharías. Era cuestión de tiempo. Te doy toda la razón en que no supe valorar cada te amo, cada tontería, cada sonrisa que me regalabas. No supe agradecerte los te quiero, ni que volverías más pronto a casa solo para decirme que yo era la única y exclusiva razón por la que existías. No supe decirte un "gracias", cada noche que pasaste a mi lado, y solo te recompensé con "te odio" y cosas similares. Pero... te daba igual, sabiendo que lo volvería a hacer, que volvería a darte celos con el primero que pasara; tú seguiste intentándolo durante un año entero. Siempre te creí cuando me dijiste que no te importaba la distancia, que no te importaba que un país entero nos separase. ¿Acaso el amor entiende de distancias? Por eso yo siempre te llamé amor. Amor de los duraderos, de esos que caminan por los límites geográficos. Porque con tu amor era capaz de subir al monte más alto de un salto, de tocar las nubes y de abrirlas para que cada mañana fuera más soleada que la anterior. Y ahora que ya no estás... el sol parece que no existe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario